miércoles, 23 de noviembre de 2016

Literatura Tolkien, una fuente de inspiración

¡Hola! ¿Cómo va? Ha pasado tiempo desde la última vez. Bueno, en esta ocasión quería dedicar este espacio a un gran autor y a su obra más emblemática, que tan pasmados nos ha dejado. En mi caso fue un gran disparador para empezar a escribir esta novela, que posee muchos elementos de aquel mundo fantástico de la Tierra Media. Porque una vez que descubrís este universo tan complejo, vasto e inspirador, no caben dudas de que nuestros sentidos se disparan en todas direcciones para traernos sensaciones inigualables, indescriptibles. Y nuestra propia locura emerge con esa necesidad de crear nuestro propio mundo; no para intentar igualar la calidad artística del señor Tolkien, algo en verdad absurdo, ya que cada autor es único en lo que hace, sino para probarnos a nosotros mismos y saber de lo que somos capaces, valiéndonos de los elementos que el fantasy nos proporciona a tal efecto. Eso sí, siempre con la literatura Tolkien como mentora.

Para empezar, me gustaría hacer una breve reseña biográfica de nuestro autor en foco, para luego seguir con la que es su obra, una de las más influyentes del siglo XX, pero que igualmente sigue vigente hasta nuestros días.

John Ronald Reuel Tolkien nació un 3 de enero de 1892 en Bloemfontein, estado libre de Orange (hoy Sudáfrica). Sus padres fueron Arthur Tolkien y Mabel Suffield, ambos británicos. Arthur murió cuando el pequeño Ronald tenía 4 años y su madre cuando tenía 12. Desde ese momento, él y su hermano Hilary fueron educados por el padre Francis Xavier Morgan, sacerdote católico del oratorio de Birmingham. El Oratorio estaba casi bajo la sombra de las torres de Perrott's Folly y Edgbaston Waterworks, que inspirarían las imágenes de las torres oscuras de Orthanc y Minas Morgul de El Señor de los Anillos, la piedra angular de su obra sobre la Tierra Media. Participó de la Primera Guerra Mundial con el ejército británico, enlistándose con el rango de teniente segundo especializado en lenguaje de signos, pero quedó prácticamente al margen del conflicto armado debido a una enfermedad. En 1925, luego de trabajar como lexicógrafo asistente para la primera edición del Oxford English Diccionary, entre otros trabajos posteriores, regresó a esa localidad como profesor de anglosajón en el Pembroke College. Fue durante su asentamiento en Pembroke que Tolkien escribió El hobbit y los dos primeros volúmenes de El señor de los anillos, concebido originalmente como una sola historia.
          Tolkien en 1916, con el uniforme del ejército británico durante la Primera Guerra Mundial.

No obstante, recién en 1937 sus trabajos salieron a la luz, publicándose El hobbit, historia que Tolkien había escrito para sus hijos, de ahí los diferentes pasajes con canciones que presenta el relato. Fue su amigo C. S. Lewis (autor posteriormente de Las crónicas de Narnia) el que lo persuadió a que publicase. Su obra atrajo a un público variado, juvenil y adulto, y desde entonces el mito de la Tierra Media empezó a crecer. Ya desde su juventud Tolkien había esbozado diferentes escritos a los que luego llamaría Legendarium, o mitología de la Tierra Media, a la que dotó de una gran cosmogonía, de elementos históricos y lingüísticos que luego se plasmarían en todos sus textos sobre este universo creado. Los que son amantes del género fantástico y épico, entonces, miran a Tolkien y a su completa obra como punto de partida, ya sea para escribir una historia propia como para vivir una aventura repleta de sorpresas, misterios y magia. Descubren en la Tierra Media un mundo con un gran trasfondo, que no todos llegan a conocer por la complejidad que el mismo Tolkien le ha brindado. 

              La obra más influyente de Tolkien es sin duda la saga de "El señor de los anillos"

Quería justamente mencionar algunos aspectos destacados del trabajo de este gran autor y que me ha servido como gran fuente de inspiración para concebir la historia de Grewmord. Apuesto a que hay otros autores por ahí que han pasado por lo mismo, sin lugar a dudas.

1. Universo propio. El mundo de la Tierra Media de Tolkien y de los demás continentes de los que se sabe menos (como Aman y Mórenorë, la tierra oscura) forman parte de Arda, el mundo habitable, creado por la divinidad conocida como Eru, el único (una especie de Dios creador del cosmos, llamado Eä por Tolkien). Arda no posee correspondencia aparente con la realidad, más allá de que muchos aseguran que existe cierto paralelismo entre la Tierra Media y nuestro planeta (partiendo de la Comarca, por ejemplo, que se correspondería por geografía y condiciones climáticas a Gran Bretaña). Pero el mundo de Tolkien posee sus propias reglas, leyes, historia, mitología y perspectiva que lo alejan de aquello que conocemos, de lo cotidiano, de lo que estamos acostumbrados. Además, tiene un trasfondo que lo sustenta y lo justifica, es decir, no hay detalles librados al azar. Tolkien pasó gran parte de su vida escribiendo sobre este universo, en un trabajo de muchos años, en los que mezcló imaginación, investigación y sus conocimientos de lingüística. Y el resultado final evidentemente habla por sí mismo, siendo de una calidad magnífica e inspiradora.

2. Luz y oscuridad, bien y el mal. Así como en muchas sagas posteriores, el argumento de la historia de Tolkien posee una clara dicotomía entre dos fuerzas contrapuestas que se enfrentan constantemente. Por ejemplo, el dios Eru tenía un súbdito que quería arrebatarle su creación, es decir, el mal surge desde el origen de los tiempos y con sus propios propósitos. Posteriormente, Sauron adopta el papel del "señor oscuro" y lucha contra los pueblos libres que se oponen a su dominio, fundamentalmente durante los eventos de la tercera Edad del sol y la Guerra del Anillo. En resumen, vemos la importancia de la existencia de estos dos bandos para el universo Tolkien y es el que en definitiva le da su toque dramático, eje del conflicto que hay que resolver para que retorne la paz. 

3. Descriptibilidad. Tolkien tenía un particular estilo de escritura, ya que era muy detallista. Si alguno leyó algunas de sus obras, simplemente me darán la razón. Tolkien sin duda era capaz de describir lugares, aromas, colores, sabores, y no es exageración, ya que durante la lectura pareciera que te trasladás a ese lugar y momento justos, como si estuviéramos allí siendo parte de esa aventura. Ciertamente, la empatía que pretendía en sus lectores fue bien lograda; las sensaciones de los personajes las hacemos nuestras; sufrimos, reímos, luchamos y cantamos con ellos. Esto es mérito del autor, más allá de que alguno considere que esta herramienta de escritura puede llegar a ser densa, repetitiva o innecesaria. 

4. Lenguajes. A los efectos de su historia, Tolkien inventó varios idiomas. Se destacan el élfico, la lengua negra de Mordor, el Khuzdul o lengua secreta de los enanos, entre otros. Así, dedicó mucho tiempo en crearlos, apoyándose fundamentalmente en sus conocimientos sobre lenguas germánicas y nórdicas. Lógicamente, su desarrollo no fue con la intención de que se aplicaran a la vida real, además de que carecen de la plenitud de idioma como tal, pero para el universo de su historia es excepcional. Este aspecto le brinda cierta naturalidad a su mundo y una gran personalidad. Constituyó un gran desafío para el autor. 

   Poema escrito en lengua negra de Mordor, que aparece en el anillo único. 

5. Razas y pueblos. Esta parte es muy interesante de analizar. Tolkien metió en su universo tanto elfos como enanos, hobbits, magos (originalmente conocidos como los istari), hombres, orcos y mucho más. Cada una de estas razas con sus respectivos pueblos cumple un rol muy importante en el desarrollo de la historia y la condimenta de una manera categórica. Si bien algunas de ellas son recurrentes y aparecen en otros relatos (como los elfos, por ejemplo), logran despertar la curiosidad de los lectores y amantes del género, quienes quedan expectantes de saber lo que pasará con ellos o de lo que son capaces de hacer. 
Para un autor que escribe fantasy, es inevitable que haga aparecer alguna criatura o ser de naturaleza distinta a la humana, con la que ya convivimos a diario. Tolkien no sólo lo hizo posible, sino que también a cada pueblo lo dotó de un origen, una lengua, un desarrollo genealógico, una historia que contar. Realmente no cualquiera llega a saber en realidad cuál es la identidad de cada población, cada raza, y es que cada una es única, irrepetible.

Este fue un resumen de lo que la literatura "Tolkeniana" nos aporta como dándonos cátedra. 

¡Ahora sí! En "Un extraño viaje por Grewmord" existen ciertos paralelismos con algunos de estos aspectos que describimos meramente. A saber:

Hay un mundo, otro lugar, apartado de todos, que tiene sus propias características; hay un ser oscuro con grandes ambiciones y seres que buscan oponerse a sus planes, como representantes del bien; el texto por su parte es muy descriptivo y apunta a que el lector se imagine las escenas para trasladarse a ellas y tomar parte, aunque sin salir herido; y por último aparecen varios idiomas, como el orucu y el antiguo lenguaje mágico (aún en desarrollo) y varias razas con habilidades únicas, específicas y ya definidas de entrada. 

Con todo esto, no pretende esta novela emular la calidad artística que Tolkien alcanzó con su trabajo sobre la Tierra Media en sus múltiples manifestaciones, sino que más bien muestra que fue concebida bajo su influencia y un poco a modo de homenaje a un gran autor. Es que si esta historia no te invitó a soñar, en verdad, el fantasy épico no es para vos.

El mapa de la zona de Grewmord donde se desarrollan los hechos de la primera entrega de la saga: El libro sagrado de Ethen.

Y con esto vamos cerrando. No olviden dejar sus comentarios y opiniones a continuación, y compartir si les gustó. Muchas gracias por estar del otro lado y nos encontraremos la próxima. ¡Beil do!

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